Menú
Las placas vitrocerámicas son un sistema basado en la presencia de un cristal entre la resistencia y el menaje de cocina elegido para calentar nuestros alimentos. La llegada de la vitrocerámica supuso una renovación en los hogares, por su facilidad de limpieza y la aparición de indicadores de calor para advertirnos que las placas todavía están calientes, posibilitando el ahorro de energía.
Hoy en día este tipo de placas se está viendo reemplazado por las encimeras de inducción, que son más eficientes a costa de un precio mayor.
Lo principal a la hora de elegir una vitrocerámica es saber las zonas de cocción que vamos a necesitar, hay vitrocerámicas con 2, 3, 4 o 5 fuegos, además de las llamadas mixtas que nos permiten alternar en nuestra cocina electricidad y gas para aquellos que quieran tener más alternativas a la hora de cocinar.
Una de las ventajas es que calientan ollas y sartenes construidas en cualquier tipo de material, desde barro hasta metálico, además su limpieza es muy sencilla, algo muy atractivo para el día a día.
Los indicadores rojos de las vitrocerámicas nos avisan de que la placa está funcionando, pudiendo nosotros controlar la energía que consumimos. Suelen tardar una media de unos 10 minutos en hervir agua, algo más tarde que la de inducción, pero ese calor se puede utilizar para terminar de calentar lo que más nos convenga.
Otra de las ventajas es que las placas vitrocerámicas suponen una opción mucho más económica para nuestros bolsillos que las de inducción, siendo una gran opción para nuestras cocinas.