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El cepillo, la garlopa o el guillame son herramientas manuales o eléctricas que sirven para cepillar, emparejar o hacer rebajes en superficies de madera. Son piezas básicas en un taller de carpintería. La diferencia entre el cepillo y el guillame es que en este último la hoja es del mismo ancho que la base y se utiliza para zonas de trabajo más estrechas cuando no se puede usar un cepillo. La garlopa por el contrario es de mayores dimensiones y se utiliza para desbastar grandes superficies de madera.
En nuestra ferretería puedes encontrar cepillos eléctricos o manuales de varios modelos y tamaños de marcas reconocidas como Virutex o Stanley.
Un cepillo manual de carpintero se compone de un cuerpo sólido, generalmente de metal, cuya base es completamente lisa ya que será la que esté en contacto con la madera. Un mango delantero que hará de guía y otro mango trasero que será con el que aplicaremos fuerza para hacer el rebaje. Y por último la cuchilla, en la zona central e inclinada sobre el cuerpo y sobresaliendo por la parte inferior de la base. Dispone de sistemas de fijación y calibración para ajustar la cuchilla.
Hay muchos tipos de cepillos manuales y varían en función del trabajo que vayamos a realizar. Así se dividen en números en función del ancho del hierro o cuchilla y la longitud de este.
El cepillo eléctrico cumple la misma función que uno manual pero permite trabajar más cómodamente y con menor esfuerzo. La cuchilla gira sobre su propio eje y solo debemos guiarlo con el mango delantero y el asa para rebajar la madera.
Suelen disponer de una toma para aspiración y evitar que la viruta salga despedida evitando posibles daños en los ojos y conseguir mayor limpieza en el trabajo.
A la hora de adquirir uno se debe prestar atención a características como la profundidad de corte, el ancho de corte, la potencia y la velocidad de la cuchilla, medida en revoluciones por minuto.